Tampoco se puede fumar… y punto. La norma es clara: o terrazas al aire libre o aquellas que, estando cubiertas, tengan un máximo de dos paredes, muros o paramentos. No hay nada más que hablar, y a protestar… al Pryca.
Así se lo han hecho saber tanto el Ministerio de Sanidad como la Consejería de Salud, encargada de velar por el cumplimiento de la ley antitabaco, al Ayuntamiento de Logroño, habida cuenta de que los servicios jurídicos municipales de la capital de La Rioja, y no otros, habían publicitado una interpretación equívoca de la nueva norma.
Ello había llevado a pensar equivocadamente a parte del sector hostelero de nuestra ciudad que en los cerramientos de terraza permitidos por la ordenanza logroñesa de veladores (con un total de tres ‘caras’) uno se podía encender un cigarrillo sin consecuencias pero, tras la necesaria aclaración, todo ha cambiado.
El negocio funciona, aunque no así. Terrazas cubiertas como en las que usted se habrá sentado estos días por nuestras calles son legales urbanísticamente, por supuesto, pero se quedan al margen en lo que a consumo de tabaco se refiere.
El Ayuntamiento no lo entendió así y ahora algún que otro establecimiento se siente ‘engañado’. La Administración local, consciente de que toca follón, no ha tardado en desmarcarse diciendo que no es competente en la materia, que su interpretación jurídica era interpretación, sí, pero “no vinculante”.
Las inspectoras de Salud, a las que por cierto me encontré mientras realizábamos el vídeo que pueden ver abajo en una de las terrazas cubiertas de Logroño, concretamente la de Gran Vía, salen en su defensa diciendo que tanto una mala interpretación como el desconocimiento de la norma no eximen de su cumplimiento.
Para que se hagan una idea: es como si a su casa le llega una carta de Hacienda multándole por no haber presentado la declaración de la Renta y usted dice que un primo suyo concejal de Cuenca (o de aquí, que también me sirve) le dijo que no era necesario. No hay excusas que valgan… sobre todo si tenemos en cuenta que los no fumadores tenían claro desde el principio que ahí tampoco se podía fumar.