Vaya por delante que nunca he acertado una quiniela, pero esta vez no me resisto a hacerla. Faltan menos de cuatro meses para las municipales, toca elegir alcalde y el boleto, a día de hoy, tiene cinco casillas: Santos, Gamarra, Varea, San Martín y… Ollero.
Nadie duda de que las posibilidades más reales del partido que se jugará el 22-M pasan o por que el PP vuelva a hacerse con la mayoría absoluta convirtiendo a Cuca en la primera alcaldesa de Logroño o que PSOE y PR reediten su ‘pacto’ situando a Tomás al frente de la Alcaldía por segunda y última legislatura.
Sin embargo, no sería descabellado pensar que a los más extendidos pronósticos de 14 concejales para los populares en el primero de los estadios o a los 12+2 de socialistas y regionalistas del segundo se le añadiese un tercero en el que ni a Gobierno ni a oposición les valiese el resultado.
A la espera de saber si en UPyD son capaces de superar el espejismo que parecen sufrir desde la creación de Unión Progreso y Democracia, mis dudas estarían en si apostar o no por Izquierda Unida. Y es que la irrupción en escena de Carlos Ollero puede ser un factor muy a tener en cuenta… IU tiene opciones de marcar gol y es el propio PSOE quien se las da.
Hipótesis, conjeturas… La designación del ex secretario regional de CCOO como candidato de IU a la Alcaldía de Logroño podría atraer parte del voto descontento de izquierdas y lograr colarse como nuevo árbitro en una Corporación a la que en principio no había sido convocado. Ya hay quien empieza a pensar que IU, impulsado por el denominado factor Ollero, aspira a convertirse en el próximo equipo revelación. ¡Hagan sus apuestas, señores!
P.D.
Carlos Ollero fotografiado por Justo Rodríguez.