¡Jo, qué vergüenza! Este post lo escribo desde el rubor y el sofoco que provoca la sensación de fracaso personal de volver otra vez a la casilla de salida… incluso un poquito más atrás. Con el bochorno de haber fallado, a mí mismo y a aquellos que apostaron por mí.
Me siento como el entrenador que gana la liga y la temporada siguiente desciende con el mismo equipo campeón.
Mis perfiles de redes sociales me recuerdan las fotos de hace dos años, acabando una media maratón, y me veo ahora con la incapacidad de correr veinte minutos seguidos. Volviendo a recuperar ropa olvidada y a esconder aquella.
De hecho, ya me había dado por perdido. Pero te encuentras con la gente que antes te ha ayudado y es ella la que te motiva a volver a intentarlo. Y en eso estamos. En un nuevo intento.
¿A la tercera irá la vencida? Espero que sí. No hay retos a medio plazo. Hay día a día. Esa es la motivación.
Vuelvo a un nuevo Objetivo 25 kilos. Espero aprovechar lo aprendido antes y lo que otros han hecho por mí. Menos mal que hay muchos estímulos a los que agarrarse de las pasadas experiencias.
Vamos a encender el modo ON de nuevo.
Hoy ha sido mi primera visita al Centro de Nutrición y Dietética Nutrium en mucho (demasiado) tiempo y ya han comenzado los deberes de Paula Fernández… y los estímulos.
Estas dos semanas van a ser particulares en la alimentación y tienen a un Tiburón como protagonista principal y a un tipo de mente agitada y valiente como principal valedor. Pero esta historia lo explicaré en unos pocos días.
En el apartado deportivo, toca empezar muy poco a poco. Sin embargo, parto de un tendón de Aquiles muy recuperado gracias a las inyecciones de plasma que el doctor Chema Urraca me realizó hace ya unos meses y que resultaron mano de santo y con un tobillo en perfecto estado por obra y magia de Miguel Moreno y el fantástico equipo del Centro de Fisioterapia y Medicina Deportiva Las Gaunas.
Así que no todo es tan malo. Toca ponerse las pilas porque… ¡a la tercera va la vencida!