Fin de la Semana 1. Segunda cita con Paula Fernández en Nutrium y ya tengo mi primer dato objetivo del reto.
El lunes, Roberto Molina me hizo subir a la báscula tras la sesión física en el Centro Las Gaunas. No me dejó mirar. Prefería que lo viera en la consulta con Paula. “Vamos bien”, me adelantó, para después tentarme con un pícaro “¿quieres saberlo?”. “No, lo dejamos para el martes”, contesté. No creo que me lo hubiera dicho… Su primer avance ya me dejó bastante tranquilo.
He seguido la dieta según los consejos y mandatos de mi ‘ángel del comer’ y he comenzado a desentumecerme gracias al trabajo físico con mi ‘ángel deportivo’, por lo que esperaba un buen primer resultado en este ‘Objetivo 25 kilos’.
Así que esta mañana me he dirigido a la consulta de Paula, en la fuente de Murrieta. Por el camino, me he encontrado con algún amigo y un primo que me ha preguntado por cómo llevaba el reto y que me han animado a seguir fuerte con él.
Sigo sorprendido por la fantástica acogida del blog, por su repercusión en redes sociales, por los numerosos mensajes de apoyo, de interés y por el impacto que parece que ha tenido en un buen grupo de seguidores que están dispuestos a seguir mi camino hacia una vida saludable a través de una dieta sana y del deporte. Mi mujer me ha comentado que su compañeros han charlado con ella sobre el tema y hasta mis hijos también me han contado algunos comentarios que les han hecho sus maestros. Refuerzos positivos por todas partes.
Al tema. Consulta de Nutrium. Preguntas de cómo ha ido la semana, si he sufrido, inconvenientes, sensaciones… Después, fuera ropa, subida a la báscula y… “Muy bien”, me desvela Paula mientras comprueba los datos en el ordenador. ¡Menos 2,200 kilos! Peso actual: 120 kilos redondos (y tan redondos). Lo mejor de este peso dejado atrás es que casi dos de estos kilos son de grasa, no de agua. Lo deseado. Un par de centímetros abdominales perdidos y un par de peldaños de autoestima ganados.
Cuando voy a ver a Paula, además de a pesarme, voy a aprender. Esta vez me ha enseñado que para perder un kilo de grasa necesitamos ‘quemar’ unas 7.000 kilocalorías más de las habituales. Mi metabolismo basal (el gasto energético que nuestro cuerpo hace en reposo) es de unas 2.200 kilocalorías al día, por lo que, para perder ese kilo de grasa, debería tirarme más de tres días sin añadir una caloría a mi cuerpo, que no es el caso (perdona, Paula, si mi explicación no es demasiado correcta). He perdido unas 14.000 kilocalorías en esta semana sin sufrir con la comida ni pasar hambre. Dieta equilibrada y deporte. La fórmula mágica.
Paula ha decidido mantenerme la dieta y sólo ha añadido un día con hidratos de carbono como guarnición. Es decir, sin que sea el alimento principal. Por ejemplo: pescado o carne con patatas o una ensalada de pasta.
Por último, me ha puesto deberes. Me ha pedido que haga una lista con dos componentes: ALIADOS y BOICOTEADORES. Los primeros, son los que me apoyan, animan, ayudan y colaboran con sus actos y sus palabras para que todo salga bien. Los otros son precisamente los que están en el lado opuesto, los que tientan, animan a romper las rutinas y crean situaciones conflictivas (con la dieta, se entiende). Entre los segundos, es muy posible que haya momentos en los que tenga que incluirme a mí (en los días de debilidad o en los momentos de pensar ‘me lo merezco’ con un bollo en la mano).
Debe ser una lista con nombres y apellidos y con las explicaciones de las circunstancias que me han llevado a poner a unos en un lado y a los otros en el contrario.
Tengo ya algunos nombres para la relación de los aliados, y otros tantos para la de los saboteadores… Avisados quedáis todos…
Semana 1, cerrada. Estupendo balance.
Llega el miércoles. Nuevo madrugón, divino madrugón. Toca sesión con Roberto para seguir avanzando en este ‘Objetivo 25 kilos’, para seguir evolucionando, para seguir mirando adelante con actitud positiva. Sí, es verdad, ¡estoy de subidón!