Vamos decidiendo nuestro camino. Mi media naranja nutritiva Martín optó por la carretera nacional, sin la velocidad de la autopista pero con un ritmo importante.
Yo he elegido la comarcal. Comienzo andando, muy despacio, para ir cogiendo ritmo y pasar más pronto que tarde a la bicicleta, pero entiendo que lo importante es llegar, aunque me cueste más de lo que esperaba en un principio, y asentarme en la ciudad de destino. Sé que va a ser largo, pero confío en que sea el que me permita fijar mi residencia definitiva en el lugar que quiero.
En la última cita en Nutrium, Paula Fernández Giménez nos hizo una interesante pregunta y con complicada respuesta: ¿Qué queréis ser? ¿Dónde queréis vivir? Tuvo dos respuestas bien distintas, también con caminos distintos y orientaciones enfrentadas, pero con un final similar.
Martín habló de lo que no quería ser. No quiere ser como antes, quiere seguir mejorando lo que es hasta encontrar ese punto deseado de salud y bienestar. Y ahí va. Con sus cinco días de deporte a la semana. Un crack.
Por mi parte, opté por una casa menos lujosa que la anterior. No quiero llegar a lo que fui, pero quiero alcanzar un estado físico saludable que me permita conseguir que sea definitivo. Lo que viene a ser un piso confortable, con buenas vistas, en un barrio agradable. Vamos, la casa de mi vida. Un hogar en el que reconocerme día sí y día también.
Nos planteó también Paula que debíamos marcarnos objetivos a corto plazo. Yo, de momento, estoy inmerso en uno: ni una gota de alcohol hasta las navidades. Dos semanas llevo, con muchos ‘compromisos’ gastronómicos que me ponen las cosas difíciles. Lo llevo bien, pero me salté el objetivo un día, en una comida con amigos que se alargó. Decidí que era mejor hacerlo ese día que otros que tuve por delante y por detrás. Fue una vuelta más a una rotonda para asegurarme de que cogía el camino más adecuado. Y creo que hice bien.
Ahora toca meterle caña al deporte, con más constancia. Empiezo el lunes. Pongo fecha para que no sea el martes, o el miércoles. Sin excusas. Ahora mismo tengo la rodilla hecha trizas, pero se pueden hacer muchas cosas pese a todo. Poco a poco. Andando, de momento, por mi camino comarcal. Pero confío en que no tarde mucho en correr.
¡¡¡Seguimos!!!