Comienza la cuenta atrás
Hoy voy a empezar por el final. No voy a mantener la emoción durante buena parte del post. ¡¡¡Comienza la cuenta atrás!!! Como en el despegue de una nave espacial, el Objetivo 25 kilos ya ha empezado a restar por debajo de 10. Ya he superado la barrera psicológica de la decena y ahora hay nuevas fronteras en el horizonte. Ya he perdido 16,400 kilos en total desde los 122,2 de los que partía. Es decir, me quedan 8,600 kilos. Si en el anterior paso por el peso me quedé en los 108,5 kilos (1,700 menos), en el último la báscula ha marcado una rebaja de 2,700. Ahora mismo, mi peso oficial actual es de 105,800 kilos.
Veo más cerca que nunca la posibilidad de bajar de los 100 y ahora comienza una fase que seguramente será la más dura pero que es también la más atractiva. Es posible que la pérdida de peso comience a estancarse un poco y que, por tanto, los avances no sean tan evidentes. Hemos ido deprisa hasta el momento, por encima incluso de lo esperado (al menos por mí), así que no hay ninguna ansiedad a la hora de seguir avanzando.
El reto se planteó a largo plazo y queda mucho tiempo hasta lograr el objetivo de los 25 kilos y, como insisto en cada post, aún resta más para el más importante de mantener el peso deseado mediante la asimilación de unos hábitos saludables de alimentación y deporte. Mientras tanto, en estos momentos, ¡¡¡estoy encantado y feliz!!!
Un reto conseguido es una barrera derribada. No sé si puedo darlo como mío o lo he escuchado en algún sitio y lo he tomado como propio, pero este lema he decidido convertirlo en la base fundamental de Objetivo 25 kilos… o era el sentido real de él sin que yo me haya dado cuenta hasta ahora.
En la vida, en lugar de perseguir objetivos y de marcarse metas, algunos no hacen más que ponerse barreras, que inventarse problemas y ponerse piedras que no existen en el camino con tal de no arriesgar, de seguir en la zona de confort en la que se sienten seguros, con tal de no comprometerse. Todo porque la mayoría de las veces parece más sencillo pensar en el ‘para qué’ que en el ‘por qué no’, porque aparentemente resulta más fácil anclarse en el miedo y mirar hacia atrás que soltar amarras y lanzarse hacia adelante.
Yo soy uno de estos. He cargado mi maleta de excusas durante mucho tiempo: Madrid ha podido conmigo, los horarios del trabajo me impiden llevar una alimentación ordenada y hacer deporte… Excusas, todo excusas. Pero este proyecto ha cambiado mi forma de ver las cosas. El punto de partida es querer, lanzarse… y dejarse ayudar por las personas adecuadas, por profesionales.
Objetivo 25 kilos planteaba una meta extremadamente ambiciosa y muy lejana. Posiblemente, a primera vista, era un proyecto demasiado exagerado, con un nombre que sonaba desproporcionado, poco realista y hasta pretencioso. Pero se está haciendo real porque los que me están llevando en sus manos desde el primer día tenían claro los esfuerzos que requería y conocían perfectamente cada uno de los pasos que había que dar. En ningún momento se han dejado llevar por mi euforia (lógica, por otra parte) ante los importantes avances logrados hasta el momento. Todo está medido y los progresos están controlados.
En el plano físico, Roberto Molina no quiso mover nada sin la valoración inicial del doctor Chema Urraca. Comenzó con la activación de una mole sedada por los excesos alimenticios y el sedentarismo y ha ido logrando respuestas de un cuerpo que pensaba que no las tenía. Todo poco a poco, con una paciencia infinita y una capacidad de motivación que comparte con Germán Lleida, en un trabajo extraordinario y generoso en el que el premio me lo estoy llevando yo. Además, las manos mágicas de los fisioterapeutas Miguel Moreno y Alberto Gracia están haciendo todo lo posible por arreglar mi maltrecho tendón de Aquiles y enderezar un bloque que se ha ido torciendo con los años. Han hecho del Centro de Fisioterapia y Medicina Deportiva Las Gaunas mi segunda casa.
En cuanto al ámbito alimenticio, Paula Fernández me ha ido moldeando paso a paso. De cada consulta en el Centro de Nutrición y Dietética Nutrium salgo con nuevos consejos y mil nuevas combinaciones y menús para comer sano y saludable, con lecciones aprendidas y recursos fundamentales para enfrentarme a estímulos negativos y boicoteadores en el día a día, con todos los datos y cifras sobre mi cuerpo que me aclaran por dónde se va escapando el pesado lastre que arrastro, con una ración extra de motivación y cada vez más concienciado de que no existe otro camino válido para no volver atrás.
Roberto y Paula se lanzaron en una apuesta total y sin red por un tipo que podía llevar a pensar en que la posibilidad de fracaso era francamente elevada.
Y en este camino hemos ido derribando barreras juntos en estos dos meses y medio que ya llevamos embarcados en Objetivo 25 kilos. La primera que tuve que echar abajo y la única que ha dependido de mí fue la de la vergüenza. Para un tipo extremadamente vergonzoso como yo, airear aspectos de mi vida que siempre he considerado de mi ámbito privado y mostrar mis miserias físicas no ha resultado fácil. Pensé poco, tomé la decisión y ya no hubo vuelta atrás. Ya no tenía más solución que mirar hacia adelante.
Es verdad que me resultó fácil lanzarme porque tengo un equipo de ángeles que no me dejan caer. Con un equipo profesional de este nivel en el que el único aficionado soy yo, lo único que tengo que hacer es no fallarles. Sólo con seguir sus consejos, agarrarme a esa cuerda que me tienden todos los días y que me sirve de imperdible guía, sólo con portarme bien, sé que la meta llegará.
El Objetivo 25 kilos ya se acerca. Pero, por el camino, vamos superando otros más pequeños. El primero fue bajar de los 120, después tocaron los 115, luego llegaron los 110, ahora se avistan próximos los 105. Vamos consiguiendo retos, vamos derribando barreras. Un reto conseguido es una barrera derribada. Una a una, seguimos mirando adelante. Todavía queda mucho, pero cada vez queda menos.