Al personal le importa una higa el diferencial con el bono alemán, lo que de verdad le importa es llegar bien a fin de mes, pero el asunto debería importarle porque tiene su miga, le está afectando y, además, no es fácil de entender. Resulta que, cuando un país es solvente y nada en la abundancia, los intereses que le cobran por la deuda pública es bajo, pero si el susodicho país tiene dificultades, porque su gobierno es un despilfarrador y no tiene credibilidad, como es el caso español, las agencias de “rating” –Standard & Poor´s, Moody´s y otras- le bajan la calificación de solvencia y, entonces, ha de pagar más intereses por su deuda pública. Ocurre como en los bancos, que regalan cosas a quien tiene más dinero ingresado; y digo yo si no sería mejor que regalasen las toallas o el televisor –calendarios regalan a todo el mundo- a quien no tiene dinero, que le hará más falta. Si un país tiene dificultades, parece lógico pensar que le vendría muy bien una rebaja de los intereses de la deuda, para salir del apuro, en vez de una subida que le ponga contra las cuerdas, pero ya lo dice el evangelio de San Mateo, en el capítulo 12, versículo 13: “Porque a cualquiera que tiene, se le dará más y tendrá en abundancia; pero a cualquiera que no tiene, aún lo poco que tiene se le quitará…”
Viene esto a colación porque hay rumores malvados –los rumores malvados suelen ir en la buena dirección- que dicen que todo el ahorro que el Gobierno va a conseguir con las impopulares e injustas medidas: bajada del sueldo a funcionarios, congelación de las pensiones, recortes varios, etc., se lo lleva íntegro ese aumento de los intereses de la deuda, producido por la rebaja en la calificación. Si es así, estamos ante una pescadilla que se muerde la cola y ante una muerte anunciada, porque, si la rebaja se come el ahorro de los recortes, obliga a nuevos recortes o nueva rebaja, que llevarían al país al desastre.
Supongo que los tiburones de la economía europea sabrán lo que hacen, pero a mí no me cuadran sus cuentas –al europarlamentario verde Daniel Cohn Bendit, Dani el Rojo en el mayo francés del 68, tampoco; y hay un vídeo en Youtube en el que canta las 40 al parlamento, que no tiene desperdicio, sobre todo por las caras de algunos de los europarlamentarios-. A lo mejor es que yo no entiendo el asunto, o quizás es que nos toman el pelo. A lo peor.
“ALONSO CHÁVARRI”