BONO, RAÚL, PUERTO… POETAS
La colección de poesía “Planeta Clandestino”, edición artesanal de trescientos ejemplares, firmados y numerados, en pequeño formato, que elabora “Ediciones del 4 de Agosto”, camina ya por las veinte publicaciones, lo cual es un éxito más de la joven y entusiasta editorial riojana.
Precisamente, el número 20 es el poemario “ENTRE CAIMANES”, de la joven malagueña ISABEL BONO, ganadora del premio “León Felipe de Poesía”, quien, con un bello lenguaje críptico, construye un juego metafórico con su entorno de caimanes, que acaba siendo una interrogación sobre los comportamientos de las personas. Se agradece la frescura de los versos y, no sé si tanto, la economía de palabras, pues el exceso de elipsis, aunque consigue intensificar la expresión, deja versos cortantes, supongo que intencionadamente. Es Isabel Bono, sin duda, una escritora a quien merece la pena seguir, pues sus versos escuetos, como los poemas, inquietan y atraen a la vez, como el que dice: “Después de la noche / soy la mitad del sueño / todo lo que puedo ofrecer, / el miedo / después de la noche.”
CHUSÉ RAÚL USÓN joven escritor aragonés, que escribe desde Villanueva de Gállego, no es un poeta al uso, como observamos en el poemario “CANDALIETO”, número 26 de la misma colección “PLANETA CLANDESTINO”. Escribe en fabla aragonesa, lo cual ya indica el alcance regional del libro, que está dividido en tres partes, quizá demasiado diferenciadas: La primera parte la conforman 6 poemas y 2 composiciones en prosa poética, la mayoría retratos, en edición bilingüe -fabla y español-; la segunda, “Pentecostés”, son 5 poemas en edición trilingüe, pues son traducciones al español y a la fabla del inglés, gallego y euskera -los autores originales son Cunqueiro, Sarrionaindía, Mc. Cartney, Creeley y Bello-; la tercera, “Fragmentos”, son tres narraciones muy cortas, también en edición bilingüe -fabla y español-. Como el principal protagonismo del libro parece, por su conformación, que es dar a conocer la fabla, el objetivo se consigue, aunque queda la sensación, al menos en las traducciones, de que los poemas resultan demasiado narrativos, y que el poeta puede alcanzar mayor importancia cuando se proponga objetivos estrictamente poéticos.
JOSÉ LUIS PUERTO, poeta leonés, presenta, en el número 19 de la colección, el poemario “PARA INVOCAR LA MEMORIA (OFRENDA)”, y se nota que es un poeta con oficio y trayectoria -recordemos que Puerto ganó el “Adonáis” allá por los años sesenta o setenta- que en los 24 poemas del libro hace honor al título, invocando la memoria, no sólo la personal sino la memoria de la tierra, la memoria histórica -ahora que está tan de moda- y, sobre todo, la memoria del lenguaje español, que domina con una profundidad y reciedumbre que me ha querido recordar al bueno y desaparecido, pero no olvidado, de Claudio Rodríguez.
Dice José Luis, en uno de estos poemas, que querría convocar las palabras antiguas, y la verdad es que acuden a su convocatoria, como en los versos de este poema, que construye con oportuna polisíndeton y cierra con una bella epífora: “La imagen del moquero / Como tela de amparo / Y aquellas listas de color / Que enmarcaban el blanco de los hilos / Y el asma del abuelo / Su lucha con el aire / Y la quiebra de la respiración / Y la vida en un hilo… /-Abuelo, no se apure / Abuelo no se apure.”
“ALONSO CHÁVARRI”