Como si del movimiento acelerado se tratase, la tecnología móvil (nunca mejor dicho) está alcanzando todos los rincones de la escuela. Para algunos demasiado rápido, para otros demasiado despacio. La pregunta que me hago es: ¿se trata de que es moderno utilizar dispositivos móviles y por ello hay que ir con los tiempos en la escuela? o ¿es que tales dispositivos nos permiten implantar unos principios que la escuela convencional tiene olvidados?
Hay muchas evidencias de cuál es la respuesta correcta a esta pregunta que es, como se comprende, intencionadamente retórica. La realidad pone de manifiesto que la irrupción de la tecnología en la educación es imparable. Quizá las personas mayores que lean esto recordarán los intentos, de años atrás, de las diversas marcas de computadores por llegar a la escuela, los planes ministeriales para que así fuera, etc., pero ¿qué se podía hacer con aquel hardware y aquel software? ¿Recordamos los Amstrad PC1512 que nos parecían grandes artefactos? ¿Alguien se acuerda del MS-DOS y sus 640K para ejecutar el sistema operativo y las aplicaciones? Hablando de la época de los ordenadores sin teclado ni pantalla con la gente joven, creen que les hablamos del Pleistoceno inferior… pero fue ayer. La informática personal es de hace unas pocas décadas. Nunca soñamos con un dispositivo como un iPad o cualquier otra tableta, que son de esta mañana, por seguir con la referencia temporal. Pero están aquí y vienen para quedarse… ¡para siempre!
Pero no porque sea moderno tener iPads u otros dispositivos móviles, sino porque es una tecnología eficiente: es posible recuperar (o hacer real) el aprendizaje al propio ritmo, la evaluación formativa, el feedback, la diversificación curricular, el adaptar el nivel de reto a la competencia de los escolares y tantos otros principios de una escuela que debe poner en primer plano al alumno y no al profesor, el aprendizaje y no la enseñanza.
Algunos de los beneficios del uso de dispositivos móviles en la enseñanza Primaria (en concreto iPads), los reproduzco aquí (adaptado de un post del blog de Securedgenetworks)
- Ponen a salvo las espaldas de los escolares. Aunque solo fuera por esto, ya merecería la pena, y las pobres espaldas de los infantes no padecerían como lo hacen, cargadas de libros, cuadernos y demás útiles, con comprensible quebradero de cabeza de los pedriatras, los traumatólogos y sobre todo de los padres. Un remedio para la escoliosis.
- Ahorro de papel. Este es un argumento ecológico no poco importante. Ahorrar papel es salvar la “ingesta de CO2” que los árboles realizan para purificar nuestra atmósfera, además de otros factores como la consolidación del terreno, el freno a la desertización, la preservación de la flora, la fauna, el paisaje y los hábitats de determinadas tribus. Tampoco está mal.
- Ahorramos dinero. El uso de un dispositivo como el iPad equipado con libros digitales no solo ahorra papel sino también dinero. Al margen de que un libro digital, bien hecho, permite incorporar contenido multimedia interactivo que nos acerca a la realidad de otro modo. Te recomiendo un vistazo a “Life on Earth” de E.O. Wilson (para verlo en acción es necesario iBooks), como buen ejemplo de lo que digo, o que eches un vistazo a las entradas de este blog sobre iTunes U.
- Mantenemos y mejoramos la atención del alumno. Los alumnos de hoy en día están acostumbrados a los dispositivos móviles, vídeo juegos y consolas de todo tipo. Les es fácil prestar atención a cualquier dispositivo electrónico, ver cómo funciona, explorar sus utilidades, desentrañar sus entresijos… La capacidad interacativa de los jóvenes y este tipo de dispositivos pueden verse como aliados en el aprendizaje.
- El aprendizaje se puede adaptar al alumno. Esta es una de las ventajas pedagógicas del máximo interés. No todos los alumnos aprenden de la misma manera, ni a la misma velocidad, ni tienen los mismos intereses. La tecnología permite adaptar los procesos de enseñanza al potencial y estilo de aprendizaje de los alumnos. Nivel de reto, velocidad de progreso, feedback adaptativo, evaluación frecuente, entre otros, son posibles con el software disponible para los dispositivos móviles, al tiempo que el acceso a la información a través de Internet es ilimitado, no está confinado como en un libro de texto, con lo que curiosidad, motivación e interés se alían para un aprendizaje más profundo y amplio que va más allá de un currículo predeterminado igual para todos los que no son iguales. ¡Paradojas de la escuela actual!
- Innumerable cantidad de aplicaciones. Ya hemos visto en este blog en muchas ocasiones webs y plataformas de recursos del más diverso tipo, con aplicaciones adecuadas para cualquier necesidad.
Solamente para iPad existen actualmente más de 90.000 aplicaciones.
A esto se pueden añadir las plataformas como iTunes U (con cerca de 750.000 cursos), otras más modestas (pero excelentes) como Khan Academy, TED, LearnZillion, Renzulli Learning, eduapps, etc. Algunas ya han sido revisadas en este blog, otras lo serán pronto.
Más arriba me preguntaba si el uso de los dispositivos móviles era una cuestión de modernidad o de eficiencia. La investigación demuestra, mayoritariamente, que su uso en la clase mejora el aprendizaje. Este no es lugar para analizar este asunto con detenimiento, pero traduzco a continuación el sumario ejecutivo de un estudio importante llevado a cabo recientemente y que nos sirve de ejemplo del potencial de los recursos móviles en la clase.
El sumario en cuestión dice lo siguiente:”Este estudio, uno de los más extensos realizados hasta la fecha en relación con el uso de dispositivos móviles (tablets), revela que con la mayoría de los estudiantes en las escuelas teniendo iPads se produce un mejora muy significativa del aprendizaje, además de otra serie de cambios, todavía en desarrollo, en relación con la pedagogía del proceso de enseñanza.
En concreto, se ha encontrado que:
– Una abrumadora mayoría de los profesores utilizan regularmente iPads en su enseñanza.
– Este uso es particularmente intenso en Matemáticas, Ciencias e Inglés.
– Los estudiantes demandan un uso más intensivo del iPad.
– Los profesores han identificado beneficios significativos para su carga de trabajo y para la reducción de costes.
– El uso de los iPads se utiliza cada vez con más frecuencia para el trabajo en casa y más allá de las actividades escolares.
– Los estudiantes están más motivados cuando utilizan el iPad.
– La calidad del trabajo de los estudiantes y de su progreso es cada vez mayor.
– Tanto profesores como alumnos perciben que pueden trabajar con más eficacia con los iPads.
– Los niveles de trabajo colaborativo han mejorado.
– El uso adecuado de las aplicaciones ayuda al aprendizaje.
– Todos encuentan que el iPad es fácil de utilizar.
– Se han producido quejas sobre aspectos técnicos menores, generalmente debidos a errores de los usuarios, pero que se han resuelto con facilidad.
– Una dirección efectiva del proceso de implantacion ha sido crítica para el éxito de este desarrollo.
Los resultados en Longfield demuestran claramente el valor del iPad como herramienta educativa y el papel que puede jugar en la enseñanza y el aprendizaje.
Naturalmente hay docenas y docenas de estudios que confirman estos resultados u otros similares. No se trata de ir más allá en este post.
Una revisión de muchas de ellas se podrá ver en: Tourón, J. y Santiago, R. (2013). Atención a la diversidad y desarrollo del talento en el aula. El modelo DT-PI y las tecnologías en la implantación de la flexibilidad curricular y el aprendizaje al propio ritmo. Revista Española de Pedagogía (en prensa).