Un post sencillo para empezar la semana, que contiene unas ideas relevantes para la escuela y el aprendizaje y que se relacionan con otras ya expuestas aquí, como aquellas sobre el UDL (Universal Design for Learning) o el diseño de instrucción de Gagne (no Francoys, sino Robert). Son aplicables a cualquier aprendiz y, como ya habréis podido apreciar, cada vez voy derivando más a lo que creo que es el futuro de las instituciones educativas, la tendencia al aprendizaje personalizado. ¿No estamos permanentemente diciendo que el ser humano, la persona es única e irrepetible? Entonces, ¿por qué la escuela se empeña en tratar a las personas en serie, como si todos fuésemos iguales? Vamos al grano. Os presento un infográfico elaborado por Shift eLearning y aparecido en eLearning Infographics en el que se exponen de manera sencilla seis leyes del aprendizaje que estaría bien tener en cuenta. Sirven para todos, porque todos son aprendices, aunque lo sean con distinto grado de intensidad, capacidad, motivación, etc.
Esta ley establece que el aprendizaje sólo puede tener lugar cuando el estudiante está listo para aprender. Por ejemplo, “cuando una persona está lista para actuar o para aprender, actúa o aprende de manera más eficaz y con mayor satisfacción que cuando no está listo.”
Esta ley es simple. Cuanto más repite algo una persona, mejor es capaz de retener ese conocimiento. ¿Te acuerdas cuando en la escuela primaria el profesor nos pedía que repitiéramos tres veces las palabras de ortografía y luego nos pedía que las utilizásemos en una frase? Estaba practicando esta ley. La segunda parte de esta ley establece que el conocimiento no utilizado se debilita y desaparece de la memoria. “Úsalo o lo perderás” no es sólo un dicho: cuando se trata de aprender, es totalmente exacto.
El aprendizaje se refuerza cuando se asocia con una sensación agradable o satisfactoria y es más probable que ocurra de nuevo en el futuro.
El aprendizaje se debilita cuando se asocia con una sensación desagradable y cada vez es menos probable para que ocurra de nuevo en el futuro. Los estudiantes tratarán de evitarlo.
El aprendizaje se produce cuando se traduce en satisfacción y el alumno obtiene placer en el proceso.
Es casi imposible desaprender lo primero que se te ha enseñado, por lo que es esencial enseñar la información correcta. Profesor, asegúrate de que cualquier información que ofrezcas a los alumnos es correcta, pero muestra un cuidado especial al principio, cuando los conceptos son más proclives a fijarse.
Esta ley nos recuerda que recordamos lo más reciente (último) que hemos aprendido. Por esta razón, los (diseñadores de eLearning) profesores deben llevar a cabo, con frecuencia, una recapitulación de los conocimientos previos para construir sobre ellos.
Cuanto más entusiasmo crea una lección, tanto más probable es que sea recordada. La creación de experiencias prácticas, u otras que hagan que el estudiante se emocione (con lo que hace o aprende), hará la lección más fácil de recordar.
Aunque estos principios se refieren aquí a la enseñanza virtual, son aplicables a cualquier tipo de modelo, incluido el blended o el presencial. De cada uno de ellos podríamos sacar claras consecuencias para la atención de nuestros alumnos más capaces… y para todos los demás.
¿Por qué no te animas a discutir estos principios en clase con tus alumnos y a preguntarles cómo los podríais llevar a la práctica en casos concretos?
¡Te sorprenderás de ver que tus alumnos pueden hacer más cosas que escucharte día tras día!