Hoy no es día de publicación habitual en el blog, pero el tema lo requiere, incluso a pesar de que sea San Fermín y uno esté en Pamplona.
Quisiera compartir con vosotros una iniciativa investigadora que espero reciba todo el interés y atención por vuestra parte. Desde UNIR, en conjunción con la Universidad de Murcia y la University of Radbou (Holanda), hemos puesto en marcha un estudio sobre acoso y ciberacoso en la población de alumnos de Altas Capacidades. He tenido la suerte de contar con un equipo de especialistas en el tema del acoso, encabezados por el profesor Joaquín González-Cabrera que, desde hace años, viene estudiando este fenómeno en la población general y sobre cuyo particular ha publicado, con su equipo, numerosos trabajos científicos. Como ya es conocido mi trabajo en el campo de las altas capacidades, de más de dos décadas, enseguida vimos que podíamos unir nuestras fuerzas para abordar juntos, con rigor, un tema de tanto interés e importancia.
¿Por qué este estudio? Sin duda alguna lo diferente es objeto de la mirada de otros y, a día de hoy, no se ha trabajado en España (y apenas fuera de nuestras fronteras) qué les ocurre a muchos de vuestros hijos y cómo perciben ellos esta problemática en su vida diaria en las escuelas.
Cabe recordar que la intimidación entre iguales y, concretamente el acoso en el contexto escolar, es un problema psicosocial de primera magnitud, cada vez más presente, o quizás sencillamente cada vez más estudiado y mejor detectado, ya que acoso ha habido siempre en las aulas, si bien nunca con las proporciones, difusión y consecuencias actuales.
Pocos problemas son los que en el ámbito educativo pueden generar tanto sufrimiento personal a la víctima y a su familia; así como llegar, en algunos casos extremos, a costar vidas humanas por el suicidio de los acosados. No me equivocaría al decir, por desgracia, que este es el único problema de tipo educativo que puede tener este fatal desenlace. El acoso, como sabéis, se ha entendido como una conducta de intimidación que presenta un intento deliberado de daño, es repetida en el tiempo y supone un desequilibrio de poder entre el agresor y la víctima. No obstante, el ciberacoso es aún más pernicioso que el acoso tradicional pues, debido a los medios tecnológicos, las agresiones pueden darse en cualquier lugar y momento, con un carácter anónimo y amplificado, ya que los contenidos publicados en la red permanecen en el tiempo, su difusión es sencilla y su eliminación compleja.
Dicho todo lo anterior, se sabe poco sobre cómo afectan estas problemáticas a los niños con altas capacidades y los datos actuales son contradictorios. Nosotros abogamos por la tesis de que su singularidad y especial capacidad, puede favorecer que surjan conductas de acoso/ciberacoso entre sus iguales hacia ellos.
¿Cómo deseamos llevar a cabo este estudio? Contando con las 45 asociaciones que tenemos identificadas de padres y madres de niños con altas capacidades de todo el Estado.
Desde el día 29 de junio pasado, y hasta el 20 de julio, se ha lanzado un estudio pionero y gratuito en el que se hemos contado ya con 25 asociaciones que se han mostrado interesadas y animadas (por desgracia no han sido todas y ello también supone una profunda pena para el equipo investigador, que no os oculto).
Con ello queremos animaros a que consulteis todas las indicaciones del proceso de participación con las presidencias o juntas directivas de vuestras asociaciones, ya que ellos tienen todas las instrucciones (o quizás incluso ya las conozcáis muchos de vosotros). Es importantísimo que podamos recoger el mayor número de respuestas de vuestros hijos, para que el estudio goce de la mayor fortaleza, rigor y representatividad.
Si alguno de vosotros no estáis asociados, o estándolo tenéis una postura personal distinta a la que haya tomado vuestra asociación, y queréis participar en el estudio, se os podría facilitar el acceso y las instrucciones oportunas escribiendo al siguiente correo electrónico: ciber-aacc@unir.net
Esperamos y deseamos que entre todos podamos conocer la realidad que nos rodea y, tras esto, proponer medidas y acciones que velen por la mejora de la calidad de vida de vuestros hijos y su derecho por estar seguros y felices en el entorno escolar, en el que ya padecen bastantes dificultades de diverso orden.