Una de las estrategias de la instrucción para el desarrollo del proceso de enseñanza y aprendizaje que se ha venido abriendo paso en los últimos años de manera decisiva y con excelentes resultados es la denominada “instrucción inversa” o mejor por su nombre en inglés “The Flipped classroom” que, sin embargo, no parece ser todavía muy conocida o puesta en práctica en nuestro país. Este modelo tiene unas enormes posibilidades y sobre el quiero tratar en unos cuantos posts, como ya anuncié, pues es un camino muy apto para poner, como veremos enseguida, la responsabilidad del aprendizaje en manos de quien aprende: el alumno, mientras que el trabajo del profesor adquiere un nuevo y diverso valor añadido.
Para introducir este modelo quiero ofrecer un infográfico, a los que soy bastante aficionado por su claridad y eficacia a la hora de transmitir visualmente mucha información en un corto espacio. Como está en inglés, traduciré “libremente” algunos de los aspectos principales y añadiré algún comentario. La traducción la he incluido después del gráfico.
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La flipped classroom supone invertir la enseñanza tradicional. Muchos educadores están experimentando con ello y obteniendo resultados muy positivos.
Pero, ¿qué es la flipped classroom? Pues dicho en breve es un sistema que invierte el método tradicional de enseñanza , llevando la instrucción en línea fuera de la clase y trayendo a la clase lo que tradicionalmente era la tarea para realizar en casa.
En la clase tradicional el papel del profesor es ser “el sabio en el escenario” y su tarea es explicar la lección y asignar alguna tarea para casa.
En la clase flipped el papel del profesor es ser un orientador que se pasea por la clase, la tarea es ver un vídeo sobre un tema que se trabajará al día siguiente.
– Los estudiantes visionan vídeos en casa a su propio ritmo y se pueden comunicar con sus compañeros y profesores y tener discusiones online.
– La implicación con los conceptos clave tiene lugar en la clase con la ayuda del profesor
La tecnología educativa y el aprendizaje basado en la propia acción son dos elementos clave de este modelo. Ambos influyen en el ambiente de aprendizaje de manera primordial.
Ha habido muchos factores que han influido en su desarrollo, sin embargo hay dos innovaciones específicas que han tenido una influencia decisiva.
En sus comienzos en 2007 los profesores Jonathan Bergman y Aaron Sams del instituto Woodland Park, CO, descubrieron un software que les permitía grabar las presentaciones de PowePoint.
Decidieron grabar en directo sus clases habituales y publicarlas online para los alumnos que habían faltado a clase. Estas lecciones pronto comenzaron a diseminarse y a estos profesores se les pidió que acudieran a numerosos lugares de su país a contar su método. Comenzaron a utilizar videos on line y podcasts para enseñar a sus alumnos fuera de la clase, reservándose el tiempo de la clase para llevar a cabo un trabajo colaborativo y realizar ejercicios que permitiesen dominar el contenido.
Hay dos factores clave que han impulsado la adopción del modelo de clase invertida
El primero ha sido la realidad de los resultados de aprendizaje mediocres del sistema tradicional en el que “one-size-fits-all” (café con leche para todos podríamos decir en castellano) provoca un pobre dominio de los conceptos. En el gráfico se ven algunos datos (de EE.UU): solo el 69% de los estudiantes que comienzan el bachillerato (high school) terminan, el 31% no lo hacen. Cada día abandonan los estudios 7.200 estudiantes, lo que supone 1,3 millones por año.
La prevalencia del vídeo online y el creciente acceso de los jóvenes a la tecnología han pavimentado el camino para el modelo de la flipped classroom.
En el gráfico figuran algunos datos que ya están claremente desactualizados. Pero son indicativos del fenómeno. Por ejemplo, se señala que Khan Academy dispone de 2400 vídeos online, realmente ya tiene más de 4000, que cubren toda clase de temas. Hay varias entadas sobre esto en el blog si os interesa verlas.
Muchas escuelas han adoptado este modelo con un gran éxito (hablaré de esto en otros posts). En el gráfico se ve el ejemplo de lo realizado en Clintondale High School cerca de Detroit.
– Los profesores prepararon tres vídeos por semana.
– Los estudiantes visionaban los vídeos, de 5-7 minutos de duración, en casa o en la escuela si no tenían acceso a Internet en sus casas (también se han utilizado CDs para suplir esta eventualidad).
– El tiempo de la clase se utilizaba llevando a cabo trabajos de laboratorio o actividades interactivas para ilustrar los conceptos
– Los estudiantes recibían feedback inmediato. Los profesores tenían más tiempo para ayudar y explicar los conceptos a los alumnos con dificultades (no tenían que dar la lección).
– Se evitaba la frustración de los estudiantes, ya que con el sistema tradicional muchos no realizaban la tareas de casa si tenían dificultades. Trabajar sobre los problemas en clase minimizaba este problema.
– Los profesores repasaban los conceptos no entendidos. Después de que los alumnos habían visto los vídeos de las lecciones, anotaban las preguntas y dudas que les surgían. Los profesores revisaban estas cuestiones con los estudiantes individualmente.
– Los profesores apoyaban a los alumnos en clase. Los alumnos sin tecnología o con padres que no podían ayudarles en casa tenían ahora ayuda en su profesor en la escuela
Seguiremos hablando de esta metodología por su innegable interés y sobre la que ya estamos trabajando para mejorar la individualización de la enseñanza y el aprendizaje, grandes ejes de una escuela (y una Universidad también) basada en las capacidades diferenciales de los alumnos.