Las redes sociales clamaron contra Nicolas Batún después de que él y Turiaf cometieran dos faltas personales antideportivas en el partido de Francia contra Españaen el que los franceses quedaron eliminados de los Juegos Olímpicos. El primero le dio un golpe en el estómago a Rudy Fernández y Batum la tomó con Navarro.
Y no sólo eso. El alero francés volvió a disparar contra la Selección, esta vez con palabras, en una rueda de prensa: “Estaba muy frustrado y me he calentado. Me he dejado ir y lo siento pero este partido merecimos ganarlo nosotros porque ellos se dejaron ganar con Brasil. A Navarro sólo quería darle una buena razón para fingir y creo que se lo di”. Un periodista le preguntó si eso era espíritu olímpico. “¿Y es espíritu olímpico dejarse ganar un partido a propósito?”, respondió el francés.
Al final, Batún debió pensar claro y pidió disculpas en Twitter: “Quiero pedir perdón por mi estúpida actuación. He mostrado una mala imagen de Francia y de mí mismo. Felicidades al equipo de España”.
¿Sirve de algo pedir perdón en Twitter? ¿Tiene la misam repercusión que unas declaraciones a un micrófono de radio o televisión?