¿Te has preguntado alguna vez qué puede hacer Facebook con las fotos y vídeos que subimos a nuestro muro? La respuesta es sencilla: Lo que quiera. Nadie lo hace, pero si nos molestáramos en leer las condiciones de uso y privacidad que aceptamos cuando nos damos de alta en una red social, en este caso Facebook, todo está bastante claro en su Declaración de Derechos y Responsabilidades:
Resumiendo, al darte de alta en Facebook aceptas concederles una licencia “no exclusiva, transferible, con derechos de sublicencia (Facebook puede entregar a terceros tus datos, fotografías y demás contenidos. Eso quiere decir que tus fotos las puede tener cualquiera en cualquier parte del mundo), libre de regalías (no se pagan derechos de autor) y aplicable en todo el mundo (sin tener en cuenta la legislación vigente en cada país) para utilizar cualquier contenido de PI que publiques en Facebook o en conexión con Facebook (“licencia de PI”). Esta licencia de PI finaliza cuando eliminas tu contenido de PI o tu cuenta, salvo si el contenido se compartió con terceros y estos no lo eliminaron”
Y no sólo eso, sino que si tu perfil es público “permites que todos, incluidas las personas que son ajenas a Facebook, accedan a dicha información, la utilicen y la asocien a ti” (es decir, a tu nombre y foto del perfil). Es más, publicar una declaración de tus derechos de imagen en Facebook no tiene validez y además no está permitido por sus condiciones.
Twitter
Muy parecido. Dice que “…usted concede a Twitter una licencia mundial, no-exclusiva y gratuita (así como el derecho de sub-licenciar) sobre el uso, copia, reproducción, procesamiento, adaptación, modificación, publicación, transmisión, exposición y distribución de tal Contenido a través de cualquier medio o método de distribución presente o futuro.”
Instagram
El caso de Instagram es un poco especial, ya que es una red centrada en fotos (y cada vez más en vídeos). Lo que nos dice sobre nuestras imágenes es muy parecido a las normas de Facebook:
“Al mostrar o publicar cualquier Contenido en o a través de los Servicios Instagram, usted otorga a Instagram una licencia mundial limitada no exclusiva, totalmente pagada y libre de royalties, para usar, modificar, borrar, añadir, presentar públicamente, mostrar públicamente, reproducir y traducir dicho Contenido, incluyendo la distribución ilimitada de una parte o de la totalidad de la web en cualquier formato y a través de cualquier canal de comunicación, a excepción del contenido no se comparta públicamente (“privado”), que no será distribuido fuera de los Servicios de Instagram”.
Ya añade una cláusula que hace referencia a los derechos sobre las imágenes y en especial en aquellos casos en los que no somos los autores de las mismas. Mediante la aceptación de las condiciones generales de Instagram, estamos aceptando que las imágenes que subimos no vulneran derechos de autor de terceros.
Es decir. Estamos regalando nuestras fotos para que hagan lo que quieran con ellas. Y no se trata de que esté bien o mal, sino de conocer nuestros derechos y de saber a qué nos atenemos cuando aceptamos unas condiciones para que luego no haya sorpresas.