En tiempos de duda e incertidumbres para casi todos, el PSOE tiene algo absolutamente seguro: el próximo líder de los socialistas en Logroño va a ser una mujer. Pero aún cuenta con una certeza más: sea quien sea la nueva secretaria general de la capital a partir del sábado no habrá una ruptura radical, ninguna voz absolutamente fresca.
Los de las tres aspirantes son rostros bregados en la primera línea de la política en distintos tiempos y responsabilidades, haciendo parecer que el protagonismo entre los socialistas es sólo una cuestión de ciclos e intercambios al margen de debacles y regeneraciones. Una especie de escaparate con un catálogo limitado donde se exhiben los mismos artículos que simplemente van rotando según el paso de las temporadas, sin dar cabida a las novedades.  Aún así, nadie se resiste a enarbolar la palabra ‘cambio’ cuando de elecciones se trata.
Hasta la propia Victoria de Pablo lo mentó en la presentación de su candidatura. Afín a César Luena hasta en la retórica –su proyecto también es plural, intergeneracional, integrador, compartido, cercano, sostenible…–  quizás la presencia en su equipo de otros clásicos oficialistas como José Luis Prado, Pilar Criado y un  estrecho colaborador de Luena, Marcos Ramírez, le llevó a retorcer el diccionario hasta encontrar el adjetivo “reformista” para autodenominarse. El cambio que propone la incombustible Inmaculada Ortega es el “caras (sic) modelos y actitudes” y el de Inmaculada Sáenz de dirección, mirando más hacia la calle y a la militancia que hacia los intestinos del aparato. ¿Pero no era eso, atender los intereses de la ciudadanía, la finalidad única del cualquier partido?
Tantos eufemismos y cantos a la pluralidad (si hubiera una lista única se ensalzaría la unidad) es sólo la confirmación de que en las elecciones de la asamblea de Logroño se juega muchísimo más que encontrar un sustituto para Vicente Urquía: poder interno.  El control de la principal agrupación por volumen e influencia de La Rioja es el test medular para conocer si la ajustada elección de Luena  en el pasado congreso regional se traduce en un liderazgo real. Porque los votos no son necesariamente sinónimo de autoridad, y los ‘kikistas’ no cejan en su empeño de hacerse fuertes.  Ahí se libra una batalla por hacerse con el mayor número de secretarías generales a nivel local, donde Arnedo ha sido el primer aldabonazo. La pérdida por una sola papeleta de la lista de Remedios Elías que defiende el entorno de Aldama ha evidenciado esa igualdad de fuerzas y ambiciones, que tendrá en la capital la prueba de fuego el próximo sábado. El resultado se antoja ajustadísimo, así que la asamblea se prevé mucho más concurrida que de costumbre y ningún entorno está dispuesto a que  falte un solo afiliado con derecho a voto. Aunque haya que llevarlo con carreta hasta la urna.