Para todas aquellas personas que todavía se sorprenden y alientan bondad en sus vidas.
Que la buena fortuna procree con abundancia todos y cada uno de vuestros días.
Que cunda la inocencia de corazón y la lucidez de mente y prenda el deseo de vivir con propiedad. Todo lo que sentimos, decimos y hacemos ha de ser genuino, primigenio. La memoria siempre almacena lo que oimos, leemos, olemos y sentimos, percibiendo en clave de acervo cultural para nuestro beneficio.
Aprendamos a decir SÍ, que es la palabra por excelencia y sólo accesible para quienes viven con autenticidad.
Que el SÍ, la memoria, la inocencia con lucidez y la buena fortuna iluminen estos días y alumbren todos y cada uno de los días por venir.
¡Ah! Y una copa de buen vino que no falte para celebrarlo. Salud!