Flaca memoria
Añorado prócer. Sabes bien que el país que un día gobernaste merece grandes elogios, porque son muchas sus virtudes por más que tantas veces queden sepultadas bajo un alud de defectos. Entre ellos, uno bastante perverso: que hay que construirlo cada día. Lo conseguido ayer, hoy de nada vale; lo de anteayer, ni te […]