Tú a Maristas y yo a Sagasta
Querido prócer. Como bien sabes, lo malo no es que lleguen las elecciones: lo peor es que llega la campaña. Y aún hay algo todavía más temible: la precampaña. Ese momento en que hombres y mujeres en teoría cabales compiten en el festival del disparate. Cuentan para ello con una audiencia entregada de antemano, capaz […]