Está usted despedido
Se encaminó al despacho del líder intentando disimular el temblor que le nacía de la mandíbula y le recorría el cuerpo hasta las rodillas. Sabía que si había sido convocado en la zona noble de la sede sólo podía deberse a dos motivos: un premio o una condena. Considerando que no había elecciones a la […]