Macondo mío
En cuanto supe que había muerto le fui a buscar. Lo hice con esa pesadumbre untada de vergüenza que provoca hacer lo que debes pero la desidia dilata hasta que sucede una tragedia. Sin embargo, él había perdonado todos estos años mi imperdonable desfachatez de no visitarle y continuaba aguardando como siempre. De pie, con […]