Hacerse mayor
Que mi madre me diera unas pesetas para bajar a comprar mortadela hubiera resultado banal si no fuera porque yo tenía sólo seis años y jamás había salido solo de casa. En su orden no había ninguna estrategia psicopediátrica para fomentar mi autonomía personal ni alguna clase de interés soterrado por acelerar mi madurez. Simplemente, […]