Jorge Javier Sánchez
El yayo Tasio topó la otra noche en pleno centro con una masa sobrexcitada mientras un par de policías se afanaba por controlar la circulación. Por la puerta de atrás del Bretón, un tipo achaparrado y con gafas recorría el camino que separaba el Salón de Columnas de un cochazo con las lunas tintadas aparcado […]