Días de caza
Sucedió una mañana de otoño a primerísima hora. El yayo Tasio había salido a pasear para conjugar la obligación de estimular su sistema sanguíneo con el placer de vagar por un hayedo sombrío escuchando el crujir de la hojarasca bajo sus pies. Y allí estaba. Lo vio cuando casi aún no había levantado el sol, […]