Cuando leemos las noticias y vemos tantos casos de acoso escolar, solemos pensar que es algo fácil de erradicar pero es bueno analizar cómo estamos educando a nuestros niños y a nuestra Sociedad en general, para ir buscando formas de solucionarlo.
El acoso escolar, incluye agresiones físicas, verbales y psicológicas.
Normalmente, la víctima de dichas situaciones, suele permanecer en silencio porque sufre coacciones y chantajes.
Si tratamos de realizar en nuestras aulas, actividades orientadas a fomentar el buen clima y el respeto, y para potenciar la cohesión de la clase, colaboraremos y conseguiremos un grupo más compacto en el que es más difícil que se den situaciones de acoso escolar.
Las consecuencias del acoso escolar son devastadoras, en tanto en cuanto, se debilita la autoestima del acosado y además, se pueden favorecer situaciones de aislamiento e incluso de abandono escolar.
Cada situación es diferente, pero si somos conscientes de la importancia de la detección precoz, se podrá ir solucionando este problema.
Desde nuestros hogares, debemos facilitar situaciones de confianza con los hijos para que podamos erradicar esta lacra que sigue estando presente en nuestra Sociedad.
Fomentar la comunicación, potenciar la confianza, educar a nuestros hijos en valores, criar en un ambiente de seguridad y afecto, pueden ser algunas de las claves para que desde casa, podamos colaborar y evitar dichas situaciones.
“Los niños son el reflejo de los adultos, por lo que, tenemos una gran responsabilidad en su Educación y debemos actuar correctamente y dar pautas positivas de saber estar”.
“Profesores, padres y alumnos”
Cada agente social debe comprometerse y saber detectar, ayudar e intentar convivir en un clima de respeto.