El Efecto Pigmalión significa que la creencia que tiene una persona sobre otra puede influir en el rendimiento de esta última.
Existe relación directa entre las expectativas que hay sobre un sujeto y el rendimiento que se obtiene sobre éste.
Se han realizado numerosos estudios que demuestran que si vuelcas una expectativa positiva sobre alguien, finalmente su rendimiento es superior aunque a priori tenga iguales capacidades que otras personas.
¿Y vosotros qué opináis, creéis que las expectativas que están puestas sobre vosotros os influyen?
A lo largo de la vida, en numerosas ocasiones, nos transmiten pensamientos cargados de expectativas, por lo que te influyen en tu modo de afrontar la situación o incluso la forma de ver las cosas. En Psicología Social, se han realizado experimentos en aulas donde se demuestra que los docentes que tratan a los alumnos de una forma motivadora, también recogen mejores frutos y notas por parte de sus alumnos.
Nuestro rendimiento se ve incrementado cuando alguien confía en nosotros. La idea que tenemos sobre nuestra capacidad para afrontar una tarea o un problema, influye de forma decisiva en nuestro comportamiento.
Si analizamos el Efecto Pigmalión en las aulas, obtenemos unas conclusiones maravillosas. La autoestima académica constituye la percepción y valoración que hace el alumno de sí mismo asociada al entorno escolar. Si conseguimos potenciarla obtenemos una forma de motivación que mantiene una relación directa con el éxito académico, es duradera e independiente del profesor.
El docente debe contribuir a que los alumnos tengan autoconceptos positivos pero, para poder infundirlos, ha de fortalecer su propia autoestima.
Hemos de predicar con el ejemplo. Cuando uno se siente satisfecho y alegre es más fácil hacer las cosas.
A continuación enumeramos algunos factores críticos que el profesor ha de considerar para potenciar la autoestima de sus alumnos:
1) Asumir que todos tenemos capacidades.
2) Adaptar las tareas a las posibilidades del alumno.
3) Fomentar la participación.
4) Reconocer el esfuerzo realizado (el éxito se debe al esfuerzo no a la capacidad).
5) Enseñar que el error forma parte del proceso de aprendizaje.
6) Centrarse en las fortalezas del alumno no en sus carencias.
7) Adoptar una perspectiva optimista y un estilo más positivo (ya sabemos que nuestras creencias condicionan nuestros comportamientos).
Por tanto, debemos intentar motivar a las personas y tener altas expectativas sobre sus comportamientos, si queremos que desarrollen más habilidades e incrementen su rendimiento.
El Efecto Pigmalión puede aplicarse a las diferentes parcelas de nuestra vida, por lo que será importante, ser siempre positivo a la hora de comunicarnos y volcar expectativas positivas si queremos recibir lo mejor de nuestro entorno.