Las rabietas son una manera de expresar nuestra frustración, enfado y malestar emocional.
Son habituales en los primeros años de vida y debemos intentar enseñar a los pequeños a gestionar las emociones de un modo positivo.
Potenciar la tolerancia a la frustración en los niños, es muy útil para que puedan llegar a controlarse poco a poco.
Suelen surgir porque algo no les sale como esperaban por no tener las aptitudes necesarias , porque se cansan o no se responde a lo que piden.
Los berrinches incluyen gritos, llantos, pataleos y golpes. Todos ellos consiguen alterar a los padres y se desencadena el nerviosismo.
Las rabietas se dan porque los niños no saben cómo contar lo que les pasa.
Los adultos debemos guiar su comportamiento y enseñar al niño que no es la forma adecuada de expresar su enfado, cansancio o malestar.
Para acabar con las rabietas, podemos seguir estos sencillos pasos:
1. No prestar atención a la rabieta.
2. Mantener la calma.
3. Ser firme y constante en las decisiones tomadas.
4. Ayudar a identificar las emociones y expresarlas de forma adecuada.
5. Fomentar el razonamiento y apostar por el poder de las palabras.
6. Evitar situaciones peligrosas y momentos que puedan desembocar en conflicto.
7. Prevenir situaciones y conocer las reacciones de los niños para prevenir las rabietas.
No te acerques a la ira o al dolor. Roban tu energía y te mantienen alejado del amor.-Leo Buscaglia.