Los beneficios de la terapia de grupo son múltiples, veamos alguno de ellos:
Situación de Igualdad:
Dentro del grupo de terapia todos los participantes son iguales, y el terapeuta deja de poseer el rol de “persona que tiene las respuestas” y cede este papel al resto de participantes. El terapeuta se convierte en una voz más entre el resto. Esta situación de igualdad fomenta mucho la participación de las personas y el ganar seguridad en uno mismo, se han roto las jerarquías.
No sentirme juzgado:
Es una de las principales máximas dentro de los grupos, no juzgar, simplemente aceptar. Todos los que estamos en el grupo tenemos nuestras propias dificultades y no estamos aquí para señalar sino para ayudar y colaborar. Nadie juzga ni se siente juzgado, es el primer paso para aceptarse a uno mismo.
Sentimiento de pertenencia al grupo:
Son uno más del grupo, pertenezco al grupo y soy aceptado por éste, nadie me juzga y mi voz es escuchada y valorada. Todos necesitamos espacios en los que sentirnos aceptados y darnos cuenta que somos queridos por el resto y tomados en cuenta. El grupo se fortalece con cada miembro que se siente parte de él.
Aprendo de los errores y aciertos de los demás:
No sacamos conclusiones de libros o citas célebres, aprendemos de la experiencia de los demás, lo que al otro le funcionó quizás pueda funcionarme a mí.
No estamos teorizando, estamos basándonos en las experiencias de cada uno de los integrantes del grupo, tanto las experiencias positivas, como las negativas para evitar caer en los mismos errores que el resto. El grupo gana experiencia con cada integrante.
Práctica y ensayos directos con otras personas:
Todas la herramientas y técnicas que aprendemos dentro del grupo las ponemos en práctica de inmediato con las mismas personas del grupo, practicamos y ensayamos hasta que nos sale bien, y si puedo hacerlo dentro del grupo podré hacerlo fuera de éste. En grupo puedo practicar técnicas que de forma individual me resultaría imposible.
El mayor espectáculo es un hombre esforzado luchando contra la adversidad; pero hay otro aún más grande: ver a otro hombre lanzarse en su ayuda. Oliver Goldsmith (1728-1774) Escritor británico.