Hoy en día, el salario económico, no es lo más importante a la hora de fidelizar a los empleados.
Es imprescindible buscar otro tipo de reconocimientos y motivaciones para así aumentar la satisfacción de los trabajadores.
Las empresas buscan estrategias para conservar su capital humano, fidelizarlo así como asegurarle la estabilidad necesaria para que se generen escenarios de desarrollo mutuo.
Al cuidar mejor a los empleados, se aumentan las posibilidades de crecimiento de la empresa y se mejoran las relaciones interpersonales.
La empresa debe ser consciente de la importancia de cada empleado y tener la empatía suficiente para que se sienta cómodo y así aportar ideas en un ambiente de confianza.
Por tanto, el salario emocional es dar a los empleados una vida óptima para que la vida laboral se pueda conciliar con su tiempo libre y con su vida familiar y social.
Debe haber políticas en las que se valore al empleado y en las que el clima laboral sea uno de los pilares fundamentales.
La motivación es uno de los puntos fundamentales en los que hay que incidir si queremos apostar por el salario emocional.
Los factores que más influyen son:
*La formación continua adquiere gran relevancia.
*La empresa debe transmitir al trabajador lo que se espera de él.
*El poder de expresar sus ideas e inconformidades.
*Una buena relación y comunicación con sus compañeros.
– La posibilidad de contribuir en otras áreas.
– Oportunidades de ascenso.
– Buen ambiente laboral.
– Flexibilidad de horarios.
– Autonomía en sus labores.
La comunicación es un punto fundamental a mejorar en las empresas, dado que aporta seguridad y satisfacción a nivel de Recursos Humanos.
“El salario económico atrae el talento. El salario emocional lo vuelve exitoso”. Jaime Leal