Los métodos de educación alternativos (Waldorf, Montessori, Kumon, Doman…) existen en España desde hace décadas.
Unos son una alternativa a los colegios convencionales; otros proponen sistemas de aprendizaje integrados en los coles “normales” o como actividades extraescolares.
Hoy hablaré de la Metodología Montessori comenzó en Italia y es tanto un método como una filosofía de la educación. Fue desarrollada por la Doctora María Montessori, a partir de sus experiencias con niños en riesgo social.
«El niño, con su enorme potencial físico e intelectual, es un milagro frente a nosotros. Este hecho debe ser transmitido a todos los padres, educadores y personas interesadas en niños, porque la educación desde el comienzo de la vida podría cambiar verdaderamente el presente y futuro de la sociedad. Tenemos que tener claro, eso sí, que el desarrollo del potencial humano no está determinado por nosotros. Solo podemos servir al desarrollo del niño, pues este se realiza en un espacio en el que hay leyes que rigen el funcionamiento de cada ser humano y cada desarrollo tiene que estar en armonía con todo el mundo que nos rodea y con todo el universo». María Montessori
La mente de los niños posee una capacidad maravillosa y única: la capacidad de adquirir conocimientos absorbiendo con su vida síquica. Lo aprenden todo inconscientemente, pasando poco a poco del inconsciente a la conciencia, avanzando por un sendero en que todo es alegría. Se les compara con una esponja, con la diferencia que la esponja tiene una capacidad de absorción limitada, la mente del niño es infinita. El saber entra en su cabeza por el simple hecho de vivir.
Se comprende así que el primer período del desarrollo humano es el más importante. Es la etapa de la vida en la cual hay más necesidad de una ayuda, una ayuda que se hace no porque se le considere un ser insignificante y débil, sino porque está dotado de grandes energías creativas, de naturaleza tan frágil que exigen, para no ser menguadas y heridas, una defensa amorosa e inteligente.
Los períodos sensibles son períodos en los cuales los niños pueden adquirir una habilidad con mucha facilidad.
Se trata de sensibilidades especiales que permiten a los niños ponerse en relación con el mundo externo de un modo excepcionalmente intenso, son pasajeras y se limitan a la adquisición de un determinado carácter.
El ambiente preparado. Se refiere a un ambiente que se ha organizado cuidadosamente para el niño, diseñado para fomentar su auto-aprendizaje y crecimiento.El diseño de estos ambientes se basa en los principios de simplicidad, belleza y orden. Son espacios luminosos y cálidos, que incluyen lenguaje, plantas, arte, música y libros. El salón es organizado en áreas de trabajo, equipadas con mesas adaptadas al tamaño de los niños y áreas abiertas para el trabajo en el suelo. Estanterías con materiales pertenecientes a dicha área de desarrollo rodean cada uno de estos sectores. Los materiales son organizados de manera sistemática y en secuencia de dificultad.
El rol del adulto en la Filosofía Montessori es guiar al niño y darle a conocer el ambiente en forma respetuosa y cariñosa. Ser un observador consciente y estar en continuo aprendizaje y desarrollo personal.
El verdadero educador está al servicio del educando y, por lo tanto, debe cultivar la humildad, para caminar junto al niño, aprender de él y juntos formar comunidad.
¿CÓMO APLICAR LA FILOSOFIA MONTESSORI EN CASA?
Teniendo en cuenta que el último propósito del niño es la independencia, como padres podemos adaptar nuestra casa para facilitar esa gradual adquisición de las habilidades que le ayudaran a lograr esa independencia. Cada niño nace con una “guía interna” y hemos de buscar proporcionarle oportunidades para elegir, actuar, pensar y expresarse sin obligación o dominación.
Para crear un ambiente Montessori es necesario aplicar los principios fundamentales: orden, estética, interés y objetivo. Tal y cómo hemos comentado, el método requiere un ambiente preparado, un adulto formado y un apoyo social. Es recomendable que los padres preparen el ambiente, teniendo en cuenta las verdaderas necesidades del niño y permitiéndole ser autónomo, participar en la cocina, limpieza, responsabilizarse de sus propias cosas, realizar las actividades a su propio ritmo. Encontrar posibilidades de ofrecer a tu hijo la libertad de escoger, elecciones reales y de relevancia. Facilitar a nuestros hijos el tiempo que les permita concentrarse en su actividad elegida sin ser interrumpido o molestado. Incluso la actividad más insignificante puede ser de gran relevancia en su desarrollo interno y es necesario permitirle el tiempo necesario para concentrarse en la actividad hasta que ésta termine.
Organiza la casa teniendo en cuenta los “periodos sensibles”. Cuando se le proporciona los medios para aprender durante estos periodos sensibles, tienen la posibilidad de adquirir estas habilidades sin apenas esfuerzo y este aprendizaje formará sus cimientos para futuros aprendizajes en su vida. Los niños durante los primeros tres años de su vida tienen una tendencia muy fuerte hacia el orden, puedes apoyar esta tendencia manteniendo un lugar para cada cosa. Si los niños son expuestos a este ritual diario participarán activamente en ordenar y recoger los materiales después de su uso. Grandes cajas de almacenaje y estanterías inaccesibles no fomentan el desarrollo del sentido del orden en el niño. Las estanterías deberían estar a la altura del niño con cestas y otros contenedores para una selección limitada de juguetes y actividades que puedan llevarse a cabo y ser recogidas después.
Materiales sensoriales: ayudan al niño a aislar conceptos recibidos a través de los sentidos, tales como; color, temperatura, sabor, tamaño, peso, sonido. También se trabaja el vocabulario correcto.
Materiales de vida práctica: son materiales de su tamaño, herramientas reales, que reflejan el trabajo que se hace en la casa o en la comunidad (bañar, barrer, poner la mesa, arreglar las flores, trabajo con madera, etc…) Permite al niño imitar las actividades de los adultos que les rodean. Se consideran los materiales más importantes para posibilitar una buena autoestima, largos periodos de concentración, pensamiento lógico, equilibrio y coordinación, psicomotricidad fina y gruesa, resolución de problemas, independencia y cuidado de uno mismo, de otros y del medio ambiente, etc.
En realidad, todas las habilidades necesarias en su aprendizaje posterior y en su felicidad como adulto.
«Nadie puede ser libre a menos que sea independiente; por lo tanto, las primeras manifestaciones activas de libertad individual del niño deben ser guiadas de tal manera que a través de esa actividad el niño pueda estar en condiciones para llegar a la independencia» María Montessori
Es bueno analizar las diferentes alternativas y luego decidir, según nuestro criterio, la mejor opción.