1er Consejo Black Friday: Entiende lo que le pasa a nuestra mente.
Y para eso acudamos a la ciencia (¡qué! ¡la abuela también puede ser científica! ¿o no?). Las compras suponen un placer inmediato por lo que pueden crear adicción en determinadas situaciones.
Casi todos tenemos la experiencia de que cuando comenzamos a comprar, a veces se nos va la bola y al día siguiente vienen las auto-recriminaciones. Esto se explica por el efecto de la dopamina y otras sustancias en determinados circuitos cerebrales implicados en el placer (chocolate, sexo, drogas) y que propician conductas impulsivas. Hay diferencias individuales, claro. El problema es que esto se acentúa en las compras on-line ya que la gratificación es más inmediata y no existen otros estímulos que, en las tiendas físicas, nos sirven de freno.
2º (y muy entrelazado con el primero): Estate muy atento al efecto de la publicidad.
Nos cegamos cuando vemos “¡rebajado!”, “¡descuento!”, “¡gratis!”. También ojo con las estrategias que nos empujan a actuar impulsivamente (“¡compra ya!”, “¡sólo quedan dos unidades!”). Y a las que apelan a lo emocional y/o a nuestro narcicismo: pues, por ejemplo, marcas de lujo pasan a estar a nuestro alcance y compramos buscando una identidad ligada al posicionamiento de la marca (“soy cool y con estilo, tal y como muestra mi móvil o mi bolso”). Otras veces la publicidad nos hace sentir como “indispensable” algo que para nada lo es.
3º: Haz una lista de lo que quieres comprar, indicando si es por gusto o por necesidad. Y haz un rastreo de precios, teniendo siempre en cuenta si incluye, o no, el IVA y los gastos de envío.
4º: Navega por sitios seguros, con teléfono de atención al cliente y servicio de devoluciones.
5º: Antes de darle al “click” final, haz un kit-kat. Va bien levantarse a la nevera y dejar que baje el subidón de adrenalina consumista. Entonces revisa en tu carrito de la compra si todo es correcto. Incluso puedes llamar a una amiga para consultarle (como hacemos en los probadores con las coleguis).
6º: Lleva la cuenta de los cargos a la tarjeta para evitar el susto final. También puedes de antemano fijar un techo de gasto. Incluso utilizar una tarjeta con un saldo limitado (o una pre-pago, que además a mí me dan más seguridad).
7º: Y por último, en el Black Friday, no olvides tus valores.
Parece que de lo único que nos arrepentimos al día siguiente es de los euros gastados. Y yo creo que hay que ir más allá (por ejemplo: ¿cuánto de importante es para ti comprar en los comercios del barrio?). Hay que pensar en el mundo que queremos para nuestros hijos, nietos o sobrinos. Para ello a mí me ayuda preguntarme por la historia que hay detrás y que hace posible que tenga ese objeto entre las manos. Por otra parte, según he leído, la angustia y el estrés aumentan por esto de la época de compras y regalos ¡qué sin sentido! ¿no os parece?
Espero que os hayan servido estos hiper resumidos consejos de la “abuela” para optimizar tus compras de este Black Friday. Buena semana, navegantes!
***Mercedes García-Laso, tu psicólogo en Logroño, FB, Tw y Ln | Encuentra el tema que te interesa en índice de todos los Minimapas para Tormentas***