Mi capacidad de asombro no tiene límite. Quizá sea por ingenuidad o porque la sorpresa es el móvil de cada avance individual o colectivo. Sin embargo, a diario leo y escucho cosas que no sólo me siguen alucinando sino que, además, superan mi capacidad de raciocinio. Sería demasiado prolijo escribirlas aquí, una tras otra, […]