Hasta hace no demasiado, necesitaba muy poco para ponerme a 100. Salía a la calle y, daba igual que fuera mañana, tarde o noche, cuando ponía el ojo en una presa no la dejaba escapar. No conseguía quitármela de la cabeza hasta que la conseguía. Me gustaban todas: dulces, resaladas, rellenas, finas pero con fundamento, […]