AGE revisa al alza su acuerdo quinquenal de Fuenmayor hasta 95 céntimos por kilo de tinta
La operación, la primera de la actual campaña, cuantifica la parte variable del contrato por las uvas de esta vendimia en 1,16 euros
Bodegas AGE ha actualizado su contrato quinquenal con la Agrupación de Viticultores de Fuenmayor hasta 95 céntimos por kilo de uva tinta, a partir de una base de 88 céntimos pactada en marzo del año pasado y con garantía hasta la vendimia del 2021. La operación, por 5,8 millones de kilos de uva tinta, es la primera que formaliza un precio concreto para la presente campaña y es, además, una de las cuatro o cinco más importantes de Rioja que muchas bodegas del sector toman como referencia para la aplicación de la parte variable de los contratos.
La Agrupación de Viticultores de Fuenmayor mantiene desde el año 2010 una relación estrecha con la bodega del grupo Pernod Ricard Winemakers España –la compañía que más Rioja vende y a la que pertenecen, además de AGE, Campo Viejo e Ysios–, con distintos contratos plurianuales que ha ido renovando y que suponen la compra de toda la producción de los agricultores asociados. En este sentido, en marzo del año pasado ambas partes renovaron el acuerdo hasta la vendimia del 2021, con un precio base pactado de 0,88 céntimos por kilo de uva (para tres cuartas partes del contrato), mientras que el 25% restante se negocia cada año en función de la situación del mercado. Así las cosas, el incremento desde 0,88 a 0,95 céntimos por kilo, supone valorar el 25% variable en 1,16 euros, lo que confirma que las uvas de esta vendimia no se pagarán ‘baratas’.
El blanco, a 80 céntimos
La operación incluye también la producción de blancos de los viticultores de Fuenmayor, que asciende a medio millón de kilos de uva, y para el que se ha pactado un precio de 80 céntimos por kilo. En este caso, el precio base acordado el año pasado era de 75 céntimos, con lo que los cinco céntimos añadidos suponen un incremento del 6,6% sobre el valor inicial. Fuentes de la agrupación de viticultores consultadas consideran el acuerdo «positivo, como todos los que llevamos firmando con la bodega desde el año 2010». «Nos proporciona estabilidad –continúan– y nos permite trabajar con tranquilidad, por lo que se ha forjado una relación de confianza mutua, al margen de que puedan conseguirse precios superiores en contratos a un año».
En este sentido, la relación entre las partes viene de largo. En el año 2010, AGE y los viticultores de Fuenmayor firmaron el primer acuerdo por tres años, después del hundimiento del precio de la uva hasta los 40 céntimos una campaña antes. Aquel primer contrato se formó con un precio de partida de 0,63 céntimos para cuatro campañas (revisable también en el 25%)y contribuyó a levantar los precios en Rioja por encima de los costes de producción. La colaboración se renovó por otros dos años con posterioridad y, el pasado mes de marzo, se amplió hasta los cinco años con el acuerdo que actualmente tienen ambas partes en vigor. La operación es importante, especialmente en una campaña difícil, en la que las expectativas de producción no están claras todavía ni en calidad ni en cantidad. De hecho, la discreción es la nota generalizada hasta el momento.
La agrupación de viticultores cobró el año pasado 1,03 euros por la uva tinta
La media de las operaciones suscritas en la cosecha de la helada se movió en una horquilla de entre 1,15 y 1,20 euros por kilo
La Agrupación de Viticultores de Fuenmayor cobró el año pasado la uva tinta a 1,03 euros el kilo, por debajo de las medias de la campaña que pudieron moverse entre 1,15 y 1,20 euros, con lo que para calcular de cara a esta vendimia habría que tener en cuenta el diferencial que existe entre un contrato a largo plazo como el firmado con este colectivo, que garantiza estabilidad también en caso de ajustes a la baja del mercado, con los que se suscriben únicamente para un año.
La agrupación y AGE firmaron su acuerdo quinquenal en marzo del año pasado –antes de la helada–, que permite a estos viticultores y la bodega trabajar con tranquilidad al menos hasta la cosecha del 2021, con un precio base de 88 céntimos que se actualiza en una cuarta parte, al alza o a la baja, en función de la situación del mercado. Lo cierto es que, tras la obligatoriedad de la firma de contratos con la aprobación de la Ley de la Cadena Agroalimentaria, con precios y plazos de entrega por escrito, comienza a haber diferencias en el pago de la uvas, en parte por calidades, también por zonas, pero, sobre todo, por el tipo de contrato. De hecho, en los últimos años varios grandes grupos bodegueros, ante el crecimiento de ventas de Rioja y las inversiones y el crecimiento de otras compañías, comenzaron a hacer contratos plurianuales con viticultores o cooperativas para garantizarse el aprovisionamiento y la estabilidad, mientras que otros siguen acordando precios cada vendimia. Asimismo, algunas bodegas referencian sus precios medios a determinadas operaciones, bien en uva bien en vino, lo que puede provocar oscilaciones importantes. Esto sucedió por ejemplo el año pasado, donde en un mismo municipio una bodega ha liquidado a 1,2 euros el kilo de uva tinta y otra vecina a 1,8 euros al tener como referencia el litro de vino en lugar del la uva. A consecuencia de la helada y la escasez, los precios del vino fueron mayores que los de uva el año pasado.