En numerosos medios de comunicación nos hemos encontrado hoy con los resultados de un estudio que determina que 11 millones de muertes al año en el mundo, se producen como consecuencia de unos malos hábitos alimentarios. Ha sorprendido esta noticia no sólo por el número de fallecimientos asociados, sino porque supera las cifras del tabaco.
Si nos fijamos en nuestro país, España ocupa el tercer puesto en este ranking de fallecimientos, algo que no debemos por pasar por alto.
Las causas principales son una dieta baja en alimentos integrales, vegetales y alta en alimentos azucarados y grasas trans, además de alimentos excesivamente salados.
Ya sabemos que los malos hábitos alimentarios pueden derivar en numerosas enfermedades, no sólo obesidad sino también diabetes, hipertensión, colesterol… y sin embrago, una dieta basada en alimentos vegetales, ricos en fibra, grasas saludables y libre de azucares y procesados, tiene un efecto protector frente a nuestra salud.
Nos preocupamos demasiado en la estética y quizá sea lo menos importante en relación con la alimentación, así que con estos datos, ya es hora de que toda la población se conciencie de que delgados o no, que estemos sanos va a depender en gran parte de nuestros hábitos alimentarios, además del ejercicio físico y el tabaquismo o alcoholismo.
Empecemos por cuidar la salud de los niños, protegiéndoles de estas consecuencias sin pensar en si tienen o no excesos de grasa corporal, al igual que a nosotros mismos, para conseguir disminuir estas cifras y dejar de aumentar las estadísticas de muertes producidas por nuestras propias elecciones.