Aún guardo en mi memoria con cariño aquella excursión del colegio, LO CONFIESO.
Salir de las aulas para acudir a la cocina y preparar con nuestras propias manos pizzas al gusto, toda una aventura realmente divertida!
Lo pasé tan bien que incluso recuerdo al compañero con quien me tocó trabajar y la impaciencia que mostrábamos por que llegara nuestro turno, ya que éramos los encargados de añadir los ingredientes finales antes del horneado.
Teníamos tanta ilusión por personalizar nuestras pizzas que hicimos cada mitad de un sabor diferente. Después la compartíamos todo el grupo, probablemente acompañándola con un refresco bien azucarado.
Toda una experiencia en esa época en la que aún éramos unos críos, unos inocentes críos, vulnerables ante todo los que sucedía en nuestro entorno, incluido el “ambiente alimentario”
No todos los colegios realizaban esta excursión así que, para más inri, fuimos la envidia de amigos y primos…
Unos cuantos años después y como profesional de la nutrición, me llevo las manos a la cabeza y considero un irresponsabilidad organizar este tipo de “escapadas” que únicamente sirven para fomentar el consumo de platos poco saludables para la edad infantil.
Hace unas semanas supe que los niños de Logroño siguen elaborando y probando pizzas en este establecimiento gracias a la excursión escolar y la verdad es que me sorprende, ya que los responsables sanitarios cuentan con mayor información en cuestión de salud infantil.
Habrá más de uno que me reproche cierto dramatismo al calificar de irresponsables estas actividades escolares, sin embargo, el dramatismo lo encontramos en las consultas de médicos y nutricionistas, cuando años más tarde, tratamos de paliar los efectos de la desinformación nutricional.
Aunque los familiares y las empresas alimentarias tienen una gran influencia en la alimentación de los niños, en este caso, la responsabilidad es de las escuelas y de los organismos oficiales, que deben poner un poco de sentido común en un tema tan importante como es la educación nutricional de los más pequeños.
¿Por qué no una excursión al mercado? ¿a una huerta?
He comenzado este post hablando del bonito recuerdo y la diversión de ese día, pero ese no es motivo para programar una actividad de este tipo, ya que también disfruté de experiencias como aquella visita al manantial o la natación de los miércoles…