Un solo dedo
El yayo Tasio añora el dedazo. Recuerda con melancolía cuando al líder le salían canas en el bigote o simplemente una mañanba decidía que ya estaba harto no se sabe si de los suyos o de los otros y decretaba un sucesor. El anuncio inyectaba una dosis de orfandad entre las bases tanto como excitaba […]