Hoy, que la mayoría volvemos al curro tras un break d unos días, voy a dejaros un #minimapa para, con suerte, comenzar este 2º trimestre del año con una sutil apertura de perspectivas en nuestra relación con el trabajo.
Encontramos dos extremos: el “ganarás el pan con el sudor de tu frente” de nuestros padres y abuelos; y el “disfruta con tu trabajo, y si no, eres un pringao” que nos empezaron a vender (atenuándolo en la crisis) ya hace unos años.
Ahora, miremos a los animales: una gacela parece disfrutar buscando un campanilleante riachuelo para beber; pero no lo parece tanto cuando en una larga sequía, deshidratada saca fuerza de donde parece que no hay para continuar buscando agua.
Vemos entonces ya en los animales, los “extremos” antes comentados (el fluir, el disfrute; y el esfuerzo) y el sentido fundamental del trabajo: la supervivencia, que en nuestra sociedad viene en relación al dinero (que es lo que nos permite comer, resguardarnos del frío etc.).
Hay muchísimos aspectos que comentar en este amplísimo tema. Hoy me quiero ceñir a la pérdida de ilusión, decepción y frustración que sufrimos muchos de nosotros cuando trabajamos en organizaciones que de repente descubrimos muy muy alejadas de nuestros valores. Para ello, os voy a dejar seis puntos y ya me diréis si os son útiles en alguna medida;) Hasta la próxima, navegantes!
1º. Una definición de trabajo que encontré hace mucho y que me sirve de faro (es decir, un “ideal”, una utopía, pero que me sirve como una referencia): “En las comunidades nativas cada ser humano invierte su tiempo y su energía ofreciendo sus capacidades a la comunidad. El trabajo de cada quien hace que la comunidad de vida se complete y fluya, trabajas para servir a la vez que para desarrollar tus capacidades y mejorarlas. Tu trabajo te dignifica a ti y también a los que se sirven de él. Hay entonces ya un beneficio intrínseco en el trabajo que realizo: aprendo, crezco, mejoro, adquiero habilidades y sabiduría… que a la vez revierten en el trabajo que ofrezco: cada vez más profundo, eficaz y útil a mi comunidad. La necesidad de pertenencia (una de las necesidades básicas del ser humano) está así cubierta: soy útil a los demás, ocupo el lugar que me corresponde en el grupo y soy respetado y valorado por ello. Además de eso hay un justo intercambio de bienes que permite tener un techo, comida, ropas, transporte y los instrumentos necesarios para seguir desarrollando el trabajo-servicio. Es decir, necesidades básicas cubiertas que permiten, a su vez, continuar con la búsqueda de trascendencia que mueve a todo ser humano” (Maite Pardo).
2º. En todo trabajo hay luces y sombras, y precisamente por eso te pagan. A un artista, por ejemplo, le puede apasionar pintar pero en el momento que quiere ganarse la vida con ello, ha de responder a las demandas del otro y esto lleva a hacer cosas que a uno no le apetecen o en el momento en el que no apetecen (sin olvidar claro lo relativo a motivación intrínseca/extrínseca).
3º. Acordarme de la peli “La lista de Schindler”: quizá no pueda cambiar la abominable estructura donde me encuentro pero sí puedo hacer pequeñas cosas que estén en mi mano. Dejarme arrastrar por la organización donde trabajo es mucho más fácil pero mi espíritu se irá resintiendo, y pagaré el precio de una vida gris, de un enfermar físico o de un amargar a los demás.
4º. Cuento de los picapedreros: Se cuenta que en plena Edad Media, alguien se acercó a las obras de una catedral, y le preguntó sucesivamente a tres canteros qué estaban haciendo. El primero contestó adustamente: “Estoy desollándome las manos para pulir esta piedra”. El segundo indicó, serenamente: “Estoy ganando un salario para sacar adelante a mi familia”. El tercero, con voz entusiasta, respondió: “Estoy colaborando a edificar una catedral!”.
5º. Aunque hoy estoy con las gafas de cristal rosa puestas (creo que como truco para no tirar el despertador por la ventana esta mañana cuando ha sonado), no quiero “olvidarme” de, al menos en un punto, poner el acento en el lado oscuro de la humanidad y de nosotros mismos. Es un gravísimo error ignorarlo en un intento de que todo sea “paz y amor·. Estamos en “Juego de Tronos” y hay que estar bien atentos: atentos a las jugadas de los demás y a nuestras propias sombras.
Y 6º. Fragmento de un poema de El Profeta de Khalil Gibran –donde podéis sustituir la palabra “Dios” por “naturaleza” o lo que os sugiera vuestro interior:
<<Entonces, dijo el labrador: háblanos del trabajo. Y él respondió, diciendo: Trabajáis para seguir el ritmo de la tierra y del alma de la tierra. Porque estar ocioso es convertirse en un extraño en medio de las estaciones – y salirse de la procesión de la vida, que marcha en amistad y sumisión orgullosa hacia el infinito. Cuando trabajáis, sois una flauta a través de cuyo corazón el murmullo de las horas se convierte en música. (…)
Y yo os digo que la vida es, en verdad, oscuridad cuando no hay un impulso. Y todo impulso es ciego cuando no hay conocimiento. Y todo saber es vano cuando no hay trabajo. Y todo trabajo es vacío cuando no hay amor.Y cuando trabajáis con amor, os unís con vosotros mismos, y con los otros, y con Dios.
¿Y qué es trabajar con amor? Es tejer la tela con hilos extraídos de vuestro corazón como si vuestro amado fuera a usar esa tela. Es construir una casa con afecto, como si vuestro amado fuera a habitar en ella. Es plantar semillas con ternura y cosechar con gozo, como si vuestro amado fuera a gozar del fruto. Es infundir en todas las cosas que hacéis el aliento de vuestro propio espíritu.
He oído a menudo decir, como si fuera en sueños: «El que trabaja en mármol y encuentra la forma de su propia alma en la piedra es más noble que el que labra la tierra.» «Aquel que se apodera del arco iris para colocarlo en una tela transformada en la imagen de un hombre es más que el que hace las sandalias para nuestros pies.»
Pero, yo digo, no en sueños, sino en la vigilia del mediodía, que el viento no habla más dulcemente a los robles gigantes que a la menor de las hojas de la hierba. Y solamente es grande el que cambia la voz del viento en una canción, hecha más dulce por su propio amor.
El trabajo es el amor hecho visible.>>
***Mercedes García-Laso, tu psicólogo en Logroño, FB, Tw y Ln | Encuentra el tema que te interesa en índice de todos los Minimapas para Tormentas***