A pesar de su tamaño, en Isla Reunión hay muchas (muchísimas) cosas que ver. Lo bueno es que las distancias son cortas, las carreteras están muy bien (aunque hacia el interior plagadas de curvas), conducen decentemente y (casi) todo está correctamente indicado. Se trata simplemente de plantearte una ruta y seguirla más o menos, con la libertad de parar donde quieras y el tiempo que quieras. Todo es de libre acceso (es naturaleza pura) y no hay que reservar sitio, ni hacer colas, ni pagar… Nada de nada.
Lo único de lo que te debes preocupar es de reservar el coche previamente, de llevarte un USB o cd con mucha música para el coche y de disfrutar mientras conduces entre paisajes alucinantes.
Mauricio es otra cosa. Nosotros estuvimos solo cuatro días, pero diría que no es un destino en el que sea habitual alquilar un coche. Se puede, claro, pero no es tan normal como en su isla vecina. Es muy caro y conducen como locos. Tampoco es una isla que haya que recorrer de cabo a rabo, como Reunión. Pero sí merece la pena hacer algunas excursiones. Lo mejor es no cogerlas en los hoteles, que es muchísimo más caro y darte una vuelta por las agencias locales, siempre teniendo claro qué quieres ver y cuánto quieres pagar.
Resumiendo, todo este montón de cosas vimos en nuestro viaje Isla Reunión y Mauricio. Y con mucha tranquilidad.
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