Una buena noche
Nada más entrar por la puerta, te tienden su mano amiga. Desinteresadamente, sin necesidad de dar más explicaciones que las justas y, sobre todo, sin verte en la obligación de buscar justificaciones que te hagan sentir culpable aun sin serlo. Que si no tendrías que haberlo hecho, que si deberías habértelo pensado mejor, en definitiva, […]