Cuando desperté, el dinosaurio todavía estaba allí. En la pensión solemos llamar dinosaurio a la señora Maritrini, aunque algunos huéspedes también se lo dicen a Pedro Sanz (esto no sé por qué, ¿tal vez porque nació en Igea? Lo tengo que preguntar). Cuenta la Maritrini que cuando era joven y trabajaba en el Caballo Loco […]
Nadie pisa las calles de Logroño como Eduardo Gómez. Por su rincón pasa la vida diaria de los bares y restaurantes de la ciudad, con la mirada de un personaje único.